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Armas

La parada rupturista de Milei sobre las armas

¿Demagogia electoralista, pensamiento dogmático, pragmatismo libertario u oportunismo?

Autor: Lasagno Rubén

Fecha publicación: 03/06/2022

* Transcripción de la Nota de Opinión publicada en el Portal OPI Santa Cruz

Javier Milei (La Libertad Avanza) opinó sin anestesia sobre el vapuleado y siempre controvertido tema de las armas en manos de la población civil y se declaró a favor de la portación de armas. Y no lo hizo en medio de una campaña laxa y alejada del estruendo electoral; lo hizo inmediatamente de ocurrido la masacre de Texas y cuando la población, como siempre sucede ante estas aberraciones sociales, reacciona de manera virulenta y condicionada, contra las políticas de EEUU en materia de armas, tenencia y portación y transponiéndola a nuestro país sin tener en cuentas las diferencias sustanciales que existen.

Dijo Milei en TN "Cuando vos prohibís el uso de armas, los delincuentes las usan igual. Estoy a favor de la libre portación de armas" y agregó "Como seguidor de Gary Becker (economista estadounidense) y adherente a su teoría y a la evidencia empírica, cuando a una actividad le bajas el costo y aumenta el beneficio esa actividad se expande. Cuando prohibís el uso de armas, los delincuentes por más que se lo prohíban la usan igual. Aumentan los beneficios esperados y hay más delincuencia".

El diputado Javier Milei

Lo que dijo Milei es tal cual; solo las prohíben para el ciudadano común, pero a la delincuencia como es marginal a las leyes, no las afecta. Siempre se debate sobre las armas en manos civiles, pero no hay político que debata sobre los (estimados) 3 millones de armas en el mercado negro y en manos de delincuentes.

No es casual que en los países donde proliferan las dictaduras, los populismos o los gobernantes déspotas, el Estado tiende a consagrar los tres principales objetivos de dominación: silenciar la prensa, generar el control social y el pensamiento inducido y desarmar a la sociedad.

Pero hay un detalle no menos importante, en el cual Milei parece no haber reparado: la libre portación es aceptar que todo el mundo esté armado en la calle. No debemos perder de vista las dos cuestiones fundamentales en este tema: una cosa es la tenencia y otra la portación.

La tenencia es aquella que habilita a cualquier ciudadano a tener un arma en su casa y/o transportarla en su funda, descargada y separada de la munición, obviamente con la respectiva cédula del arma y la credencial de Legítimo Usuario de su propietario.

La portación es la autorización legal que tiene un Legítimo Usuario y le permite llevar un arma cargada y lista para disparar. Dos conceptos absolutamente distintos desde lo conceptual, lo procedimental y lo legal. La tenencia se da a quien cumpla los requisitos legales y no incluye que pueda portarla; la portación incluye como condición excluyente la primera y es ampliamente restrictiva.

EEUU ejemplo al margen

Si bien es cierto que EEUU es un país donde la compra y adquisición de armas, en general tiene más facilidades que en otras partes del mundo, hay que advertir que no en todo el país es igual. Hay Estados donde existe la prohibición de portación. Sin embargo, hay otros en los que los controles y la ley es tan benigna, que conseguir un arma es sumamente simple para alguien que haya cumplido 18 años y portarla también; y este es el caso, precisamente, del estado de Texas.

Pero cuando se habla de EEUU hay que remitirse a su raíz cultural, a su fundación como país libre, las guerras intestinas que los cruzaron, guerra de secesión, la conquista del Oeste y la conformación de una sociedad hecha a imagen y semejanza de aquellos cow boys y vaqueros de la independencia, la guerras contra las tribus indígenas que plasmó en el cine la propaganda oficial en las décadas del 60 y 70, lo cual conforma, en términos de identidad, una cultura ciertamente fundada en la autodefensa del habitante de ese país.

No por casualidad se dice que los colonizadores llegaron a Sudamérica con la Biblia en una mano y el sable en la otra, mientras en EEUU, las corrientes colonizadoras arribaron blandiendo una biblia y el Colt 45 en la otra. Sus fundamentos culturales, han girado, siempre, alrededor de las armas como herramienta de autodefensa. Las estadísticas oficiales en el país del norte, dan cuenta que el 84,7% de los estadounidenses posee un arma o mas y es el único país donde la cantidad de armas supera a la población y donde las exigencias para conseguir la habilitación, son mínimas.

Ni tan fácil ni tan simple

Argentina, aunque los detractores de las armas digan lo contrario, es uno de los países más estrictos en relación a la documentación y condición exigida para ser legítimo usuario.

Los test psicofísicos que se piden, la condición de aptitud que se debe obtener en un polígono autorizado por un Instructor calificado y una serie de pedidos de antecedentes policiales, judiciales, como así también comprobación real de medio lícito de vida, son una condición insalvable e ineludible. Y si hablamos de tiempo, suelen tardar más de dos meses para expedir las licencias.

Todo esto sin contar que el solicitante ha sido denunciado (en algunos casos anónimamente) por violencia de género y/o amenazas, su autorización jamás llegará. Cualquiera de estos elementos exigidos que no estén sólidamente comprobados y acreditados, hacen que la ANMAC no extienda la habilitación para una simple tenencia de armas.

Ya autorizada la tenencia existen requisitos para la guarda de las armas que van desde una caja de hierro homologada por la ANMAC, empotrada y segura, con vigilancia electrónica perimetral, alarmas, reja etc, hasta la exigencia de la construcción de una bóveda de concreto, para guarda de las armas de fuego y municiones. Todo esto sujeto a inspección de las autoridades de la ANMAC, si así lo disponen.

Las armas en manos civiles genera controversias; en manos de los delincuentes no produce ni genera cuestionamientos en los niveles políticos ni en los gobiernos

Milei ¿Loco por las armas?

Hasta donde sabemos, Javier Milei no es Legítimo Usuario, por lo tanto puede que desde lo discursivo tenga un "mensaje claro" de lo que pretende para la sociedad, pero carece de conocimiento empírico sobre lo que implica ser Legítimo Usuario y el compromiso social que conlleva poseer un arma y por supuesto, ni idea del nivel de responsabilidad y el peligro de tener portación de la misma, sin la debida preparación.

La portación, requiere un nivel de instrucción superlativo. Cualquier Legítimo Usuario no está en condiciones de portar un arma. De hecho, para obtener este nivel, más allá de los requisitos de orden formal y legal que debe tener, debe poseer una instrucción diferenciada y mucho más rigurosa, porque la persona que porta y está en condiciones de usar un arma contra otro, debe estar en su eje, razonar fríamente, evitar el conflicto y usar el arma como último recurso, lo cual no en todos los casos se puede asegurar que suceda.Esto es, básicamente, producto de la instrucción, conocimiento y práctica en la defensa personal con armas de fuego.

En general (y en nuestro país en particular) si los delincuentes en un asalto perciben que la víctima porta un arma, le disparan aunque no le roben; ya sea como autoprotección o para robarle la pistola que cargue. Esto amplía la brecha de peligro y también de las posibles equivocaciones en las que puede incurrir quien porta un arma, cuando debe resolver en segundos una acción de tal magnitud que puede salvar su vida o puede ponerla en un peligro aún mayor.

De ninguna manera esto supone que estoy en contra de la portación; hago la aclaración porque el neófito cree que portar y tener es lo mismo y a muchos LU, les gustaría cargar un arma, sin (quizás) medir las consecuencias que implica enfrentarse a tiros con una o más personas, si no se está debidamente preparado para la contingencia, como es el caso de los integrantes de una fuerza policial, de seguridad y/o militar.

Hay un concepto básico que debe tener cada portador de un arma: "No cargues un arma que no vayas a usar y cuando la saques, dispara o te hará de contrapeso cuando debas salir corriendo".

Esto que parece una verdad de Perogrullo y hasta una humorada, es la diferencia entre la vida y la muerte de quien porte un arma. Insisto, portar no es para cualquiera, aún cuando esté debidamente habilitado para la tenencia.

En base a lo dicho y teniendo en cuenta que Javier Milei no es ni siquiera legítimo Usuario y hasta dudo que sea afecto a las armas, debemos preguntarnos ¿Desde qué lugar habla Milei y propone portación para todos, sin evaluar elementos básicos y los alcances de la propuesta? ¿Es oportunismo político, tendiente a explotar la opinión bipolar de la sociedad que se debate después de hechos como los de Texas? ¿Es pura demagogia pre electoral o es parte del pragmatismo libertario que con la misma fluidez anuncia que va a cerrar el Banco Central, acabar con la "casta" y achicar el Estado, pero sin decir cómo?.

Podríamos inferir, también, que Javier Milei está asesorado por alguien que conoce el mundo de los Legítimos Usuarios y comprende perfectamente que si elabora un mensaje direccionado hacia lo que muchos "quieren escuchar", ese millón y medio de LU va a ir corriendo a poner su voto. Un concepto bastante simplista que lo hace trastabillar desde la primera movida discursiva que ha elaborado sobre el tema.

Si Milei hubiera dicho que está de acuerdo con la tenencia legítima de armas por parte de la sociedad civil y que tiene un proyecto para que todos los tenedores de armas puedan optar por entregarlas al Estado y/o re empadronarlas (a las que quedaron fuera del sistema en épocas de la Gambaro en el ex Renar) y facilitarle a los tenedores de armas, las posibilidades de titularizar sus dominios, reacreditarlas y/u obtener su licencia para normalizar y/o legalizar las armas que están en "el limbo" legal, estaríamos hablando de alguien que aún sin saber de armas (lo cual sería importante pero no excluyente) posee una visión integral de un problema que ningún gobierno ha sabido o no ha querido resolver. Pero no es así.

Tema de debate perpetuo

Cuando Javier Milei sale a plantear que está a favor de la libre portación de armas, nos hace ruido hasta a los propios LU. El diputado libertario no parece entender el alcance de sus palabras, pues está proponiendo que cualquiera ande armado al estilo far west, en un país donde muchos jueces aún no están preparados para justipreciar cuándo hay un caso de defensa propia y cuándo de abuso, en la vida ordinaria y cotidiana, ante la acción de un policía que reprime legítimamente y va preso o el ataque de un motochorro al que siempre le encuentran motivos para exculparlo.

El reduccionismo en este tema es tan nocivo como la inacción y los prejuicios que muchos comunicadores generan sobre las armas en manos de la población civil. Es válido el concepto de Milei sobre que la prohibición que impone el Estado, nunca es cumplida por los delincuentes, precisamente porque ellos están al margen de la ley. Entonces, es dable pensar que bajo la premisa de los políticos que proponen "el desarme civil", hay otra intención: desarmar a la sociedad para que sea mucho más fácil dominarla.

Sin embargo, hay una realidad ineludible. Pese a quien le pese y a pesar de las leyes que puedan crear para cazar en el zoo (quitarles el derecho a los LU), cualquiera de nosotros que lo hacemos todo por la vía legal, jamás renunciaríamos al derecho de defender nuestra familia y quienes así lo concebimos, legal o no, siempre tendremos un arma a nuestro alcance en cada hogar.

El desarme social es una utopía, pero la estupidez humana es una realidad cotidiana. Si a esto le sumamos los intereses políticos, financieros y del poder constituido, sin duda es un tema que jamás se va a resolver, pero el cual se seguirá debatiendo sin solución de continuidad y nunca bien intencionado el objetivo de replantearlo año tras año y menos aún, por parte de la clase política argentina.

Lasagno Rubén

El autor es parte de OPI Santa Cruz
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